"Tengo 21 años y estoy enamorada de Dios"

"Cuando uno descubre la fe, no puede dejar de contagiarla"

“La Iglesia del futuro depende de los jóvenes. Si no hacemos cosas, nos vamos a ir", remarca Xènia Buxó, católica de 19 años.

Gracias a la experiencia personal, los jóvenes se enamoran de Dios y crean nuevas formas relacionarse con Dios y evangelizar a otros jóvenes como ellos. Este fenómeno, el Obispo Vilanova, lo llama un "resurgir", ya que, no solo "está atrayendo a más jóvenes a la Iglesia", sino que también "la está transformando".

"Los jóvenes están teniendo un papel crucial en la adaptación de la Iglesia a la sociedad actual. Y los jóvenes, más que otras generaciones, son conscientes de su importante papel en la evangelización y en la transformación de la Iglesia", afirma Bruno Berchez, Rector de Sant Miquel de Sants, Sant Carles Borromeo y Mare de Déu de la Salut (anteriormente fue Delegado del Secretariado de Juventud durante 9 años).“Siempre los laicos han colaborado, pero ahora estamos en una explosión grande: la gente se ha dado cuenta que tiene que salir a la calle, que tiene que dar ejemplo y dar a conocer el mensaje” opina Carmen Vall.

“La iglesia es una familia, todos somos igual de importantes: laicos, sacerdotes, religiosos”, afirma el Obispo Auxiliar de Barcelona Javier Vilanova. “La Iglesia somos todos y en la Iglesia de Barcelona lo estoy viendo muchísimo: la implicación de los laicos es fundamental. Y esque, cuando uno descubre la fe, no puede dejar de contagiarla. Yo veo aquí en Barcelona jóvenes evangelizando a adultos, matrimonios muy comprometidos con la Iglesia mientras son padres y trabajan….", añade el actual Obispo Auxiliar de Barcelona.

Aunque el papel de los laicos no es algo nuevo en la Iglesia, ya que, por ejemplo, los primeros cristianos eran laicos, los testimonios consideran que durante una época en la Iglesia se olvidó de la importancia de los laicos. “Anteriormente las personas creían que los santos eran los sacerdotes o las monjas”, explica Rocío Castejón, creyente de 21 años. "Es algo que yo creo que estaba mal entendido, porque una persona laica también vive entregada. Yo vivo entorno a Dios, sus proyectos son los míos. Y ahora hay más movimientos por eso, porque ya se ha entendido el mensaje de que todos estamos llamados a vivir con Dios”. Antonio explica que en el Concilio Vaticano II, “se recuerda que todo el mundo puede ser santo” y, en consecuencia, se otorga más  papel a los laicos.

Carmen Vall, laica, madre de familia, trabajadora, con un papel muy activo en la Iglesia, considera que “el papel del laico es muy importante porque es el que vive en el mundo, aquel que tiene tus mismas situaciones”:

Carla Sciamma, que trabaja en el Secretariado de Pastoral con Jóvenes del Arzobispado de Barcelona recuerda que, en un contexto en el que el número de sacerdotes no crece, el papel del laico es todavía más importante “en su misión a la hora de evangelizar”. “Si los laicos no nos ponemos las pilas, esto no va a ninguna parte” añade Carla. 

Tal y como muestran los gráficos, el número de sacerdotes se ha mantenido estable, pero ha crecido el número de confirmaciones en España. Esta estadística indica que los jóvenes que creen, aunque no representen un gran porcentaje respecto a la población total, están, cada vez, más convencidos y comprometidos. Una evidencia de esta convicción y compromiso es el hecho de que los laicos van incorporándose, poco a poco, a la organización de actividades pastorales, colaborando en la Iglesia mientras tienen sus propios trabajos. Algunos laicos, incluso, trabajan exclusivamente en la Iglesia ocupando cargos de gobierno.

"Hay algunos laicos que asumen responsabilidades en las parroquias, en el Obispado y en Roma, y liberan a los sacerdotes de trabajos que interfieren con su ejercicio pastoral estricto. Aquí en Barcelona, Marion Roca, Secretaria General y Cancellera de la Cúria diocesana de Barcelona. En Solsona, la delegada de nueva evangelización es una laica, Teresa Valero”, explica Lluís Tusquellas. 

Héctor de Arriba explica que hay muchos trabajos dentro de la Iglesia que son realizados por laicos desde hace muchos años, como trabajos de contabilidad o de secretariado, pero trabajos destinados únicamente a una función pastoral, hace solo ocho o nueve años. “Hubo una delegada de juventud que era laica, Rosa Deulofeu, pero no era lo común. Ahora parece que es más habitual. Yo entré a trabajar aquí en el Secretariado de Pastoral con Jóvenes del Arzobispado de Barcelona hace cuatro años. Y Carla, hace un año y medio.” Héctor considera que “cada vez hay más laicos en el gobierno de la Iglesia, pero cuesta porque venimos de un gobierno de monjas y sacerdotes":

Barcelona es un referente en el trabajo de los laicos en la evangelización de la ciudad. Una de las claves de esta nueva evangelización es el trabajo conjunto. Por ejemplo, el Arzobispado, que está formado por el Cardenal y tres obispos auxiliares, cuenta con el apoyo de un equipo de laicos. Además, el Arzobispado, cuenta con el Secretariado de Pastoral con Jóvenes del Arzobispado de Barcelona, un equipo en el que trabajan actualmente cinco laicos con un sacerdote, Carlos Bosch.

“El Secretariado de Juventud, los SAFOR, el Secretariado de Catequesis, los responsables de pastoral de los colegios… Todos trabajamos en conjunto para hacer un seguimiento desde la infancia, la adolescencia y la juventud”, explica el Obispo Auxiliar, Javier Vilanova. De esta manera, se organizan muchas reuniones  entre miembros de estos diferentes ámbitos para trabajar coordinadamente. Hay también distintos organismos laicos que trabajan en el Arzobispado la pastoral de los colegios en Barcelona, así como de las universidades, las catequesis de comunión y de confirmación. “Sobre todo hay mucha ilusión, porque se comparte el trabajo, y esto da mucho impulso, y frutos”, añade el Obispo Vilanova.

“La Iglesia en Barcelona es, cada vez más, una mayor familia. Un lugar de confianza, en el que todos tienen la misma importancia y misión de evangelizar, de dar a conocer el mensaje de Dios. Y, como familia, se vive mucho la amistad entre las personas de la Iglesia. Al ser, actualmente, minoría, el hecho de ser cristiano ya te une mucho, pues ves la vida de la misma manera", explica Miriam Díez, teóloga y directora del Observatorio Blanquerna de Comunicación, Religión y Cultura.

Esta cooperación entre laicos y sacerdotes de la que habla Miriam Díez se evidencia en la parroquia de Santa Inés es una parroquia que “ha hecho un boom”, como dice Carla, porque ha pasado de llenarse de ancianos a llenarse de jóvenes. Esta renovación de la parroquia fue llevada a cabo por el sacerdote, Beto Sols, junto con un equipo de laicos, en el que se encontraba Emma de Ribot, creyente de 21 años.

Actualmente, más de 200 jóvenes los que acuden a la parroquia de Santa Inés. Emma fue una de las que impulsó la implantación de nuevas metodologías de evangelización en esta parroquia, que era la parroquia a la que su familia y ella acudían desde que sus padres se convirtieron. Emma vio que Santa Inés “solo estaba llena de personas mayores”. “Mi hermana y yo teníamos sed de compartir el mensaje entre los jóvenes para que se llenase”. Así explica cómo fue este proceso: 

Como consecuencia de esta cooperación y familia, de este retorno del papel de los laicos en la evangelización, "está habiendo un resurgir en la Iglesia", como afirma el Obispo Vilanova. Este resurgir se evidencia, tanto en la adaptación de la Iglesia a la sociedad, como en el crecimiento del número de jóvenes que asisten a las parroquias y a sus esplais, como a los muchos nuevos movimientos … “Hay muchas parroquias que han hecho un boom como Santa Inés, la Concepción, iglesias filipinas, la Iglesia de Sarrià... Parroquias a las que acuden centenares de jóvenes. También hay un proyecto ahora en Gracia para reavivar el Barrio, que es el corazón de Barcelona, un proyecto muy auténtico y muy potente”, explica Carla Sciamma.

Este resurgir también se evidencia en la creación de muchos grupos de jóvenes en las parroquias, así como la creación de movimientos. “Están naciendo mil movimientos, como Hakuna, que son distintos movimientos o grupos que, siendo la misma fe, el mismo Dios y la misma Iglesia, comunican el mismo mensaje de una forma más cercana o más actual'', explica Sofía Torras.

Hakuna es el movimiento de laicos más reciente en Barcelona, un movimiento que nació en Madrid, y que se implementó en Barcelona al cabo de poco tiempo. Hakuna organiza muchas actividades: voluntariados en verano, ratos de oración semanales, retiros (God stop), encuentros en los que se habla sobre algún tema relacionado con la fe (revolcaderos). Más de 1000 jóvenes acuden a Hakuna en Barcelona, actualmente.

Pero, como afirma Bruno Berchez, no todos los movimientos son nuevos. “La mayoría de movimientos no son actuales, sino que vienen de los años 60-70, vienen de un momento de una necesidad de espiritualidad en una sociedad que se estaba alejando de la fe. Además, "el movimiento ofrece un sentimiento de comunidad: en un mundo que se mueve tanto, donde la parroquia no me ofrece lo que yo busco, tengo un grupo donde me reúno con los que tienen mi propio carisma.”

Algunos de los movimientos, grupos o prelaturas con mayor gente joven en Barcelona en la actualidad son Hakuna, Comunión y Liberación, el Camino Neacotumenal, Renovación Carismática, el Opus Dei, el Regnum Christi, los Scouts, Schola Cordis Iesu, Acción Católica, los Jesuitas… “Necesitamos este contagio de la fe que los movimientos están ofreciendo”, opina el obispo auxiliar Javier Vilanova.

“Muchos movimientos, grupos parroquiales o métodos de evangelización, no se podrían llevar a cabo si no fuera por los laicos”, afirma Sofía. Y es que, actualmente, los laicos han adquirido un papel crucial en la Iglesia de Barcelona. El sacerdote Bruno Berchez cree que, precisamente la Iglesia se encuentra en un momento de transición en este sentido, es decir, dar más protagonismo a los laicos:

La teóloga Míriam Diez coincide con la opinión de Bruno Berchez: “Por supuesto que los laicos tendrán un papel mucho más importante en la Iglesia del futuro, y es una pena que los laicos no tengan ese poder ya actualmente, porque numéricamente son muchísimos. Pero estoy esperanzada: creo que los laicos cada vez tendrán un papel más claro, mucho más funcional y decisivo. Yo creo que es el siglo de los laicos” concluye Míriam Díez.

Con todo esto, muchos jóvenes creyentes, así como sacerdotes, consideran que la Iglesia se encamina a una Iglesia formada por pequeños grupos pero muy convencidos. Carlos Bosch se imagina la Iglesia en un futuro como “pequeñas comunidades, pero muy fuertes”.“Ya nadie está en la Iglesia porque toca o porque lo cree la familia, sino que me imagino una iglesia con gente convencida de lo que cree y de lo que vive”, añade.

Isa Miralles, católica de 24 años, dice: “Dentro de 50 años me imagino la Iglesia como una minoría pero con una creencia auténtica, con personas más comprometidas”. Por su parte, Antonio Trueba considera que habrá “menos católicos de nombre, pero más católicos convencidos, con una experiencia de encuentro con Dios personal”. “Es un momento muy auténtico de lugares pequeños muy encendidos”, dice Carla. 

De la misma forma, Héctor de Arriba afirma: “Hemos pasado, o estamos pasando, de una fe tradicional a una fe vivencial, estamos volviendo a las pequeñas comunidades del inicio”.

Carmen, sin embargo, se quiere imaginar la Iglesia del futuro llena. “En un futuro, me imagino a la Iglesia llena. Me la imagino como estamos viviendo ahora: como una gran familia, donde nos ayudemos unos a otros, donde no nos juzgemos. Donde Jesús tenga un peso más importante. Donde estemos más en familia. Como un sitio donde podamos ir a abrazarnos y ayudarnos”. Además, Javi Navas opina: "Mi abuela me dice: “esto de que vengan 200 jóvenes a Santa Inés, esto no ha pasado nunca. Estamos en un momento de cambio”.

El sacerdote Bruno Berchez opina que la Iglesia en Barcelona, con todos los cambios que está sufriendo actualmente, se parecerá mucho más a la Iglesia de Estados Unidos, es decir, a “una Iglesia sin miedo a la novedad, a una Iglesia con un sentido fuerte comunitario y de acogida, a una Iglesia muy laical, una Iglesia que cuida la experiencia personal, una Iglesia muy fuerte y muy arraigada al mundo, al siglo XXI”. 

Con la Iglesia católica de Estados Unidos como referencia, los jóvenes piensan que la Iglesia ha empezado un proceso de transformación que se encamina a hacer una Iglesia más humana, más tecnológica, más creativa, más acogedora… También creen que la Iglesia dará más voz a los laicos, y, algunos desean que el papel de la mujer en la Iglesia sea mayor.  “Hay que dar voz y voto y empoderar a las mujeres jóvenes, no solo a los jóvenes, sino también a las mujeres jóvenes, porque en la Iglesia se carece de toda esta dimensión femenina y, por eso, se tiene que trabajar mucho”, afirma Míriam Díez.

Aunque los jóvenes crean que a la Iglesia todavía le falta adaptarse a la sociedad en algunos aspectos, creen que el futuro es esperanzador y que, sobre todo, gracias a la acción de estos jóvenes que crean nuevos movimientos y formas de evangelización, el futuro la Iglesia será… “Una Iglesia muy viva, con cristianos comprometidos: porque hay un resurgir, y un crecimiento muy fuerte. Hay que dejarle tiempo, pero viendo a los jóvenes, a los matrimonios jóvenes, pero también a la perseverancia de la gente mayor, creo que el futuro es esperanzador” concluye el Obispo Auxiliar de Barcelona, Javier Vilanova.